Por María Elena Navas
LONDRES (BBC Mundo)
El de próstata es uno de los tipos de cáncer más común en hombres en todo el mundo.Y también es una enfermedad cuyo diagnóstico hasta ahora ha sido problemático.
Sin embargo, un nuevo hallazgo científico podría ayudar a detectar más fácilmente a quienes están en riesgo de desarrollar la enfermedad.Científicos británicos y australianos lograron identificar siete genes asociados con tumores de próstata.Descubrieron, en un análisis con más de 10.000 individuos, que estos genes están presentes en más de la mitad de todos los casos de cáncer de próstata.Y algunos de estos genes, dice el estudio publicado en la revista Nature Genetics, también podrían ayudar al desarrollo de nuevos tratamientos.En gran parte del mundo el cáncer de próstata se ha convertido en la principal causa de muerte de hombres por cáncer.Actualmente es posible llevar a cabo análisis para la detección temprana de tumores de próstata.Pero el método disponible, llamado Antígeno Prostático Específico o PSA en sus siglas en inglés, se realiza con análisis de sangre y tiene un amplio margen de error.Estos resultados tienen que ser confirmados con una biopsia, que es un procedimiento doloroso e invasivo cuyos efectos secundarios pueden ser impotencia o infecciones.Es por eso que, en muchos casos, la biopsia sólo se recomienda a hombres con antecedentes familiares de la enfermedad.Se cree que aunque entre 10 y 15% de los hombres mostrarán niveles suficientemente altos de PSA para requerir una biopsia, sólo entre 2 y 3% necesitará tratamiento.Las pruebas actuales no son precisas y requieren someter al paciente a una biopsia."Durante mucho tiempo se ha sabido que el cáncer de próstata es hereditario" dijo a la BBC la doctora Ros Eeles, quien dirigió el estudio en el Instituto de Investigación de Cáncer en Londres."Por lo tanto hay evidencia de que existen alteraciones en la formación genética que predisponen al individuo a desarrollar la enfermedad".Esta predisposición genética ocurre con muchos tipos de cáncer.Pero ahora los científicos lograron identificar siete áreas del genoma humano que al sufrir una alternación aumentan el riesgo del cáncer de próstata.Los científicos analizaron más de medio millón de variaciones en el ADN de hombres en el Reino Unido y Australia.Descubrieron siete genes que, dicen, no habían sido previamente asociados al cáncer de próstata."Estos resultados nos permitirán llevar a cabo "perfiles genéticos" para analizar el riesgo que los hombres tienen de desarrollar la enfermedad" afirma la doctora Eeles.El perfil genético requiere extraer ADN del paciente y analizarlo para ver si tiene las variaciones genéticas que lo pondría en riesgo de tumores de próstata.También ayudaría a los médicos a detectar de manera más precisa si el paciente necesita un monitoreo más regular o una biopsia.Aunque el perfil genético sería sencillo -requeriría extraer una muestra de ADN- y barato, los investigadores afirman que todavía se necesitará llevar a cabo más estudios para poder ofrecer la prueba al público en general.Pero quizás lo que ocurra más pronto es el desarrollo de medicamentos más específicos para esta enfermedad."Otra de las cosas que surgieron durante la investigación -afirma la doctora Eeles- fue que una de las alteraciones que encontramos ocurre en un gen que produce una proteína que puede detectarse en la sangre".Este gen llamado MSMB, podría ser particularmente útil en el análisis o control del progreso de la enfermedad.Otro de los genes detectados, el LMTK2, podría ayudar al desarrollo de nuevos tratamientos."Podrían producirse medicamentos que atacaran directamente esta alteración genética" explica Ros Eeles.De hecho ya se están produciendo medicamentos que son capaces de atacar alteraciones genéticas específicas, por ejemplo, en melanoma.Este enfoque permite acortar el tiempo que pasa desde el descubrimiento de una alteración genética, el desarrollo de medicamentos específicos hasta las pruebas clínicas."Este hallazgo -afirma la doctora Eeles- nos permitirá acelerar el desarrollo de fármacos"."Y en lugar de los 5 o 10 años que normalmente se necesitan en la industria farmacéutica, este nuevo enfoque nos permitirá contar con un medicamento específico en uno o dos años".