DINERO Y FELICIDAD
BBC MUNDO
Que el dinero asegure la felicidad es una mera ilusión, aseguran investigadores científicos
Un economista y un psicólogo premio Nobel analizaron a cientos de mujeres y hallaron que la sensación de placer y alegría no se relaciona con el nivel de ingresos. Pero que la gente piensa que sí.
Aquello de que el dinero no compra la felicidad pero que la facilita y bastante, es una creencia bastante extendida, de la boca para afuera. Y más de uno, de 10, de mil, piensa varias veces a la semana en lo bien que pasaría la vida si tuviera unos cuantos billetes en el bolsillo.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) dicen tener las pruebas de que la relación entre felicidad y dinero está muy exagerada y que es, mayormente, una ilusión.
Las personas encuestadas acerca de lo que sienten como su propia felicidad y la de los otros tienen a sobrevalorar el impacto de un buen pasar con su bienestar. ¿Por qué lo dicen los investigadores? Porque, simplemente, hallaron que las personas con ingresos más altos no pasan necesariamente más tiempo disfrutando de sus tenencias y posibilidad. Es decir que todo ese dinero no los hace pasar su tiempo de una manera más encantadora.
Tanto el economista Alan Krueger como el psicólogo y premio Nobel Daniel Kahneman publicaron su informe en la revista científica Science, y además elaboraron un método alternativo de calcular o de conocer la sensación de bienestar de las personas con su propia vida y con la sociedad. Los nuevos modelos se basarían entonces en los niveles de satisfacción que se siente con sus experiencias tangibles, en lugar de tomar en cuenta cómo juzgan sus vidas como un todo.
"La creencia de que un alto ingreso está relacionado con un buen humor es una creencia que está muy extendida, pero es ilusoria –aseguran ambos científicos-. Las personas con rentas superiores a la media están relativamente satisfechas con sus vidas, pero están apenas más contentas que otras en cuanto a las experiencias vividas momento a momento, y tienden a estar más tensas y a no pasar el tiempo en actividades particularmente disfrutables."
El Método de reconstrucción del día (DRM, por sus siglas en inglés) es la herramienta de medición que desarrollaron estos expertos para conocer la calidad de vida diaria de las personas. Un estudio llevado a cabo en el año 2004 sobre 909 mujeres empleando este método, ya había arrojado como resultado que un ingreso más elevado juega un rol muy pequeño en lo que tiene que ver con la felicidad diaria de alguien.
Para el nuevo estudio, Krueger y Kahneman examinaron los datos recogidos en aquella oportunidad y extendieron su sondeo hacia aquellas personas que habían mostrado una ilusicón focalizada en el dinero, cuando se les había preguntado acerca de ciertos factores que contribuyen a su felicidad.
Cuando se les pidió que describieran su felicidad general y, después, que relataran cuántos días habían sido felices en el mes anterior, sus respuestas mostraban poca correlación. Pero si las preguntas se les hacían al revés (es decir, ¿qué días habían sentido felicidad y qué consideraban que hace a la felicidad?), la relación entre sus momentos más alegres y su sentimiento general de felicidad aumentó.
Después, para comprobar cuán ilusorio es aquello de que entre más dinero más felices somos, Krueger y Kahneman estudiaron las respuestas de las mujeres encuestadas en el año 2004. Después de que se les preguntó cuál había sido el porcentaje de tiempo que habían pasado de mal humor en el día previo, se les pidió que indicaran cuánto tiempo había pasado de mal humor la gente con ciertos niveles de ingresos.
Las encuestadas dijeron que las mujeres que ganan menos de 20.000 dólares al año pasarían un 32% más de su tiempo sintiéndose mal, que aquellas que ganan 100.000 dólares anuales. Sin embargo, las mujeres que ganan menos de 20.000 dólares dijeron haber pasado solamente un 12% más de tiempo de mal humor que aquellas que ganan más de 100.000 de los verdes billetes.
Unas 810 mujeres fueron entrevistadas en mayo de 2005. En este caso, las voluntarias respondieron no solamente acerca de sus ingresos, sino que también se refirieron a sus experiencias momento a momento y su satisfacción en cuanto a su vida. La nueva investigación halló que los ingresos se vinculaban menos con la felicidad individual momento a momento que con la satisfacción general.
Finalmente, los investigadores examinaron datos aportados por la Oficina de estadísticas laborales de los Estados Unidos. Ellos mostraron que las personas con mayores ingresos pasan una buena parte de su tiempo en trabajar, comprar, cuidar a los chicos y en otras actividades “obligatorias”. Las mujeres entrevistadas en 2005 asociaron estas actividades con un mayor estrés y con más tensión. “Las personas con mayores rentas pasan menos tiempo en activiades pasivas, tales como socializar o ver televisión, lo que la mayoría de los encuestados consideran como más disfrutables".